Información básica:
Novela del autor irlandés Oscar Wilde, publicada a finales del siglo XIX, de unas 250 páginas.
¿De qué habla?
El pintor Basil Hallward realiza un retrato de su tierno y guapísimo amigo Dorian Gray. Lo termina ante la presencia del sarcástico y cínico Henry Wotton, quien ironiza y comienza a instruir a Dorian sobre la belleza, la juventud y la sociedad. El joven protagonista y el cuadro quedan unidos intensa y místicamente: el paso del tiempo no cambia el rostro de Dorian, pero altera el lienzo. Los cambios en el protagonista se deben a los placeres de la eterna juventud y la mordaz e irónica visión de la vida de Henry.
¿Lo mejor?
Disfruto especialmente de dos aspectos diferentes.
- En primer lugar, la colección de epígrafes y aforismos que se encuentran condensados en el libro, principalmente en las reuniones de la alta sociedad británica. En ellas se burlan del arte, la religión, la clase alta, media y baja, Inglaterra, Estados Unidos, Francia, las mujeres, el dinero, el amor, los tories y los liberales… Estas escenas aportan rapidez, humor y multitud de voces al texto.
- La deliciosa ejecución y reflexión sobre la relación entre estética y ética, es decir, belleza y bondad, fealdad y maldad. En esos ejes se desarrollan de manera muy sutil —en muchos momentos sugiriendo más que diciendo, censura de por medio— escenas y conversaciones sobre el amor, la muerte, el sexo, la juventud, la amistad, el arte, el materialismo o la relación con Dios. Como dice Henry: «a very charming artistic basis for ethics».

Cubierta de la revista Lippincott’s Monthly Magazine, en la que se publicó por primera vez The picture of Dorian Gray.
¿Lo más difícil?
Las descripciones preciosistas y modernistas sobre los objetos de lujo que edulcoran la vida de los protagonistas. Si te pesan, salta el párrafo y sigue.
¿Me lees un trozo?
Varios, como siempre. En primer lugar, la escena donde, antes de cenar, Henry —el cínico, al que también llaman Harry— informa a Basil Hallward —el pintor— de que Dorian está prometido. Va en inglés, creo que es relativamente accesible:
“I suppose you have heard the news, Basil?” said Lord Henry that evening, as Hallward was shown into a little private room at the Bristol where dinner had been laid for three.
“No, Harry,” answered the artist, giving his hat and coat to the bowing waiter. “What is it? Nothing about politics, I hope? They don’t interest me. There is hardly a single person in the House of Commons worth painting; though many of them would be the better for a little white-washing.”
“Dorian Gray is engaged to be married,” said Lord Henry, watching him as he spoke.
Hallward started, and then frowned. “Dorian engaged to be married!” he cried. “Impossible!”
“It is perfectly true.”
“To whom?”
“To some little actress or other.”
“I can’t believe it. Dorian is far too sensible.”
“Dorian is far too wise not to do foolish things now and then, my dear Basil.”
“Marriage is hardly a thing that one can do now and then, Harry.”
“Except in America,” rejoined Lord Henry, languidly. “But I didn’t say he was married. I said he was engaged to be married. There is a great difference. I have a distinct remembrance of being married, but I have no recollection at all of being engaged. I am inclined to think that I never was engaged.”
“But think of Dorian’s birth, and position, and wealth. It would be absurd for him to marry so much beneath him.”
“If you want to make him marry this girl tell him that, Basil. He is sure to do it, then. Whenever a man does a thoroughly stupid thing, it is always from the noblest motives.”
“I hope the girl is good, Harry. I don’t want to see Dorian tied to some vile creature, who might degrade his nature and ruin his intellect.”
“Oh, she is better than good — she is beautiful,” murmured Lord Henry, sipping a glass of vermouth and orange-bitters. “Dorian says she is beautiful; and he is not often wrong about things of that kind. Your portrait of him has quickened his appreciation of the personal appearance of other people. It has had that excellent effect, amongst others. We are to see her to-night, if that boy doesn’t forget his appointment.”
Otro segmento a la mitad del libro. Prefiero no decir quién y dónde dice lo que cito; ten en cuenta simplemente que describe las reacciones que levanta el tipo de vida de Dorian. En esta ocasión el texto citado está en español:
Yo no doy ningún crédito a esos rumores. Al menos, no los creo cuando te veo. El pecado es algo que los hombres llevan escrito en la cara. No se puede ocultar. La gente habla a veces de vicios secretos. No existe tal cosa. Si un pobre desgraciado tiene un vicio, lo denuncian las arrugas de la boca, la caída de los párpados, incluso la forma de las manos. Alguien, no voy a decir su nombre, pero a quien tú conoces, vino a mí el año pasado para que pintara su retrato. Nunca lo había visto antes, ni tampoco había oído nada acerca de él por aquel entonces, aunque después sí he sabido muchas cosas. Me ofreció una cantidad exorbitante. Me negué a retratarlo. Había algo en la forma de sus dedos que me pareció detestable. Ahora sé que la impresión que me produjo no era equivocada. Su vida es un horror. Pero tú, Dorian, con ese rostro tuyo, inocente, luminoso, con esa maravillosa juventud tuya que permanece siempre igual, ¿cómo voy a creer nada malo de ti? Y sin embargo te veo muy pocas veces, nunca vienes al estudio, y cuando estoy lejos de ti y oigo todas esas cosas odiosas que la gente susurra, no sé qué decir. ¿Por qué, Dorian, una persona como el duque de Berwick abandona el salón de un club cuando tú entras en él? ¿Por qué hay en Londres tantos caballeros que no van a tu casa ni te invitan a la suya? Eras muy amigo de lord Staveley. Coincidí con él en una cena la semana pasada. Tu nombre salió en la conversación […]. Staveley hizo un gesto de desagrado, y dijo que quizá tuvieras unos gustos muy artísticos, pero que no debía permitirse que conocieras a ninguna joven pura; y que ninguna mujer casta debía sentarse contigo en la misma habitación. Le recordé que yo era amigo tuyo y le pedí que explicara lo que quería decir. Lo hizo. Lo hizo delante de todo el mundo. ¡Fue horrible! ¿Por qué tu amistad es tan desastrosa para los jóvenes? Está el caso de ese desgraciado muchacho de la Guardia que se suicidó. Eras su amigo íntimo. Pienso en sir Henry Ashton, que tuvo que abandonar Inglaterra, su reputación manchada para siempre. Erais inseparables. […] ¿Y el joven duque de Perth? ¿Qué vida lleva en la actualidad? ¿Qué caballero querrá que se le vea con él?
Y un tercer segmento, uno de los diálogos más jugosos del libro. En él interactúan tres personajes: Dorian, la duquesa Gladys —uno de los muchos secundarios que aparecen en algunas de las escenas— y Henry. La escena comienza con el protagonista apodando a Henry:
«His name is Prince Paradox,» said Dorian.
«[…] I refuse the title.»
«Royalties may not abdicate,» fell as a warning from pretty lips.
«You wish me to defend my throne, then?»
«Yes.»
«I give the truths of to–morrow.»
«I prefer the mistakes of to–day,» she answered.
«You disarm me, Gladys,» he cried, catching the wilfulness of her mood.
«Of your shield, Harry: not of your spear.»
«I never tilt against Beauty,» he said, with a wave of his hand.
«That is your error, Harry, believe me. You value beauty far too much.»
«How can you say that? I admit that I think that it is better to be beautiful than to be good. But on the other hand no one is more ready than I am to acknowledge that it is better to be good than to be ugly.»
«Ugliness is one of the seven deadly sins, then?» cried the Duchess. […]
«Ugliness is one of the seven deadly virtues, Gladys. You, as a good Tory, must not underrate them. Beer, the Bible, and the seven deadly virtues have made our England what she is.»
«You don’t like your country, then?» she asked.
«I live in it.» […]
She shook her head. «I believe in the race,» she cried.
«It represents the survival of the pushing.»
«It has development.»
«Decay fascinates me more.»
«What of Art?» she asked.
«It is a malady.»
«Love?»
«An illusion.»
«Religion?»
«The fashionable substitute for Belief.»
«You are a sceptic.»
«Never! Scepticism is the beginning of Faith.»
«What are you?»
«To define is to limit.»
¿Donde lo consigo?
Primero hay que hablar de en qué lengua quieres leerlo. El original en inglés no es extremadamente difícil, incluso para personas que no estén acostumbradas a leer en inglés: no es un libro demasiado antiguo, posee un estilo moderno para la época y los protagonistas hablan con tantos términos romances que —curiosamente— dificultan la comprensión a un nativo pero nos la facilitan a nosotros. En Penguin Popular Classics hay una buena edición —aunque no anotada, lo que se echa de menos— por unos 3€. En Ebook podéis tener la versión gratuita de la Universidad de Adelaide, pinchando aquí.
Si vais por el español, hay varias ediciones interesantes. Una con una buena traducción de Julio Gómez de la Serna y prologada por Carmen Martín Gaite. Esta traducción después se reeditó con otros prólogos e introducciones. Los chicos de epubgratis.com tenían un ebook, aunque la traducción es bastante mala.
[…] los personajes públicos más caricaturizados de su época. Ya publicamos en el primer artículo un dibujo publicado en Vanity Fair. Aquí van otras caricaturas de la época, en cuya mayoría aparece dibujado con flores (casi […]