Una película que emulase un poema. Este era el reto que el director argentino Eliseo Subiela se planteó en El lado oscuro del corazón. La película trata sobre el arte, el amor y la bohemia entre Buenos Aires y Montevideo. La lectura de poesías, por ejemplo entre transiciones de escenas, estructura el desarrollo de la historia. De hecho en un par de escenas hay gratas sorpresas:
La película emula de las poesías el ritmo lento, la preocupación por la forma en detrimento de la acción, la musicalidad, el uso de símbolos y metáforas surrealistas o los temas del esplin, la muerte, la búsqueda del amor… Sin embargo las poesías tienden a ser cortas y su lectura es rápida, y esta película resulta dos horas de lirismo.
Un día vino acá y me dijo que pensaba hacer una película en cuya estructura iba a haber poemas, […] y que pensaba emplear poemas míos, de Juan Gelman y de Girondo. Dice «yo te dejo acá el guión y vuelvo dentro de una semana». Bueno, volvió y le dije «bueno me encantó, fantástica, adelante, te doy mi autorización» y entonces yo estaba aquí contestando a máquina una carta a una editorial […] de Alemania, que había publicado en alemán una antología de mis poemas y entonces él vio sobre la mesa que decía «Benedetti: Verteidigung der Freude» y dice «¿y esto qué es?» y digo «son poemas míos traducidos al alemán» y dice «¿y lo hiciste revisar, la traducción?» y dije «no, la revisé yo, porque sé alemán, lo tengo un poco olvidado pero sé bastante alemán», «¿y cómo sabes alemán?», «fui al colegio alemán aquí, hice la primaria en el colegio alemán, antes del nazismo». Y entonces se le prendió una lamparita, yo vi que se le iluminaron los ojos y dice «oye, esto sería fantástico, que vos hicieras un papel de, ya sé, un capitán de marina de mercante alemán que entrás a una cabaret de mala muerte de Montevideo y le decís un poema tuyo en alemán. Se lo decís primero a una puta y después a otra» y yo me quedé un rato pensando y dije «mira, leí tu guión y es un guión tan delirante, es una de las razones por las que me gustó, porque es un delirio, que bueno, esto que me dices es también un delirio, entonces por eso te digo que sí».
(minuto 32, segundo 10)
La película completa es fácil de conseguir en Internet. La tenéis colgada en Youtube (aunque censurada por algunas sociedades de derechos de autor nacionales). Nos alegramos que Vimeo tenga una política más liberal:
Ni la calidad de la imagen es la óptima, ni el entrevistador ganaría el Pulitzer. Pero los 55 minutos de entrevista desbordan del fuerte y tranquilo discurso de Benedetti. El movimiento de la mecedora mientras Mario habla sobre política internacional, el paísito, las nostalgias o el amor recuerda el tono de cotidianas.
La entrevista se realizó durante en el invierno del 93 (recuerden que el invierno austral es entre los meses de junio y septiembre), cuando Benedetti pudo regresar a Uruguay después del exilio. La recomiendo vivamente, pero si necesitas razones para verla o ahora mismo no tienes el tiempo, bajo el vídeo te doy algunos segmentos:
La situación económica ha obligado a mucha gente de clase media a deteriorar su nivel de vida completamente.
(minuto 3, segundo 18)
Mario Benedetti
Hay un legado que nos dejó la dictadura, del cual no nos hemos repuesto todavía, y es un legado de mezquindad.
(minuto 4, segundo 1)
En China hubo miles de muertos con lo de Tian’anmen y sin embargo los gobernantes Occidentales van a China a negociar. Cuando fue Felipe González a China, hace unos meses, cuando volvió le preguntaron «¿y usted le expuso el tema de Tian’anmen?» «No —dice— porque no era el momento, fuimos a hablar de negocios».
(minuto 16, segundo 50)
Yo llego a la conclusión de que el gran defecto de Cuba es que tiene solo 10 millones de habitantes y por lo tanto solo 10 millones de consumidores de chicles y coca-cola. Y que en cambio China tiene mil millones de posibles consumidores. Entonces a China se le perdona cualquier cosa, con tal de acceder a ese gigantesco mercado de consumo. A eso yo le llamo hipocresía política.
(minuto 17, segundo 7)
Uno de los graves problemas que hay actualmente es el abismo que media entre el gobernante y los gobernados. El gobernante solo se acerca a los gobernados cuando se acercan las elecciones. […] Conseguido el voto, le importa un comino ya de todo lo que prometió, y se encierra otra vez en su cápsula de poder.
(minuto 18, segundo 20)
La hipocresía, me parece que es un elemento cohesionador [en Europa] y uno de los pocos en los que están totalmente de acuerdo.
(minuto 19, segundo 24)
Con los escombros del muro de Berlín están construyendo un muro de Europa.
(minuto 19, segundo 50)
En España mismo, para el 92 hubo como una obsesión del Gobierno en presentar una gran literatura española, una gran novela española para el 92, porque estaban completamente obnubilados por lo del 92, lo del quinto centenario. ¿Y qué pasó? Publicarban todo lo que se presentaba a las editoriales. Había una ayuda gubernamental, con que le pusieran el logotipo del quinto centenario les compraban, no sé, 500 ó 1 000 ejemplares, con lo cual les financiaban la edición; así que la gente publicaba todo. Y eso fue en demérito de la propia literatura española. Porque como se publicaban los muy buenos, los buenos, los regulares y los malos salió perjudicado los muy buenos, que pasaron desapercibidos en esa marea de publicaciones.
(minuto 23, segundo 13)
El boom, el famoso boom de hace ya unos cuantos años, fue una creación de un agente literario catalán, que tomó cuatro autores, cuatro buenos autores, y los lanzó con una publicidad tremenda.
(minuto 24, segundo 26)
Yo escribo cuando me dejan escribir, ya sea de mañana, de tarde o de noche.
Oscar Wilde es el puente perfecto entre el siglo XIX y el XX. Ciudadano de un imperio al que su sangre irlandesa no deseaba pertenecer, burgués de la clase más alta y tratado como paria al final de su vida, uno de los primeros personajes europeos que fue perseguido por sus relaciones homosexuales y que se atrevió a posar y a escribir sobre ello.
Stephen Fry (Oscar Wilde) y Jude Law (Alfred Douglas, Bosie)
La película Wilde de 1999 muestra buena parte de esas experiencias. Aunque, como cualquier película, se le pueda echar en cara que no sea totalmente biográfica, en términos generales es bastante fiel a la vida del autor de El retrato de Dorian Gray; algunos diálogos —como el discurso que da Wilde al público tras la obra de teatro— son idénticos a como fueron en su día. La elección de Stephen Fry como Oscar Wilde es tan rotunda que siempre que imagine a Wilde tendrá la cara, más que similar, del actor británico. Jude Law representa a Alfred Douglas, Bosie, el amante más importante de Wilde. Los dos actores actúan de manera extraordinaria, por ejemplo en la escena del vaso de agua. Tom Wilkinson, Jennifer Ehle, Michael Sheen (Tony Blair en varias películas), Ioan Gruffudd (Mr. Fantástico) y una cortísima aparición de Orlando Bloom forman el resto de los personajes.
Pero no vamos a basar toda nuestra percepción de Wilde en esta obra de ficción: utilicemos otras obras de ficción. Wilde fue uno de los personajes públicos más caricaturizados de su época. Ya publicamos en el primer artículo un dibujo publicado en Vanity Fair. Aquí van otras caricaturas de la época, en cuya mayoría aparece dibujado con flores (casi siempre girasoles):
Estos no son los únicos documento gráficos que nos quedan ya que Oscar Wilde disfrutó y posó para la fotografía. La cantidad de dinero que tuvo que dejarse en fotógrafos tuvo que representar una fortuna. Pero gracias a ese dispendio hoy en día nos quedan tantos documentos:
Wilde de niño, vestido de niña, por una superstición de la época
Wilde posando
Wilde volviendo a posar
Fotografía de Wilde y su amante Alfred Douglas, Bosie
Una novela como El retrato de Dorian Gray ha atraído desde su publicación a muchos directores y guionistas que han querido traducir al cine la obra de Oscar Wilde. En este artículo vamos a ver cuatro versiones de las últimas décadas y terminaremos con una recomendación sobre cuál de ellas ver. Empezamos.
The picture of Dorian Gray, 1945
Durante varias décadas LA versión cinematográfica de la obra de Wilde. Película en blanco y negro, notablemente fiel al libro. En mi opinión consigue mantener elementos narrativos, como la voz del narrador, y traspasar al cine el lirismo y simbolismo de la novela mediante recursos como la música (casi siempre muy apropiada), la luz o la aparición de escenas en color. También se aprecian las numerosas apariciones del nombre de Wilde, lecturas de sus poemas o reproducciones de los grabados que acompañaron Salomé. La música es uno de los aspectos más potentes: marca el ritmo de la película. De especial importancia es el preludio nº 28 de Chopin, compositor cuyas piezas Dorian interpreta también en el libro:
El protagonista es el actor Hurd Hatfield, quien, curiosamente, volvería a representar un papel en una película basada en un libro: El Cid (la versión protagonizada por Charlton Heston). La inexpresividad casi absoluta es el rasgo principal de su representación de Dorian, rasgo que por momentos ralentiza y no consigue convencer. La actriz que interpreta el personaje de Sibyl Vane es Angela Lansbury, quien años después sería Miss Marple.
La única versión tratada en este post que ha modernizado la época de la historia, llevándola al Londres de los años 70. Dirigida por Massimo Dallamano y protagonizado por el actor austríaco Helmut Berger. Con un comienzo que se repetirá en el 2009, mis expectativas sobre esta versión se vieron rápidamente decepcionadas. Es secundario que la secuencia de escenas cambie, lo lamentable es que el guión de la película haya echado a perder personajes completos (principalmente el de Henry) o que las relaciones entre los protagonistas se hayan vulgarizado. Llama la atención principalmente la superficialidad e irracional de las reacciones de enfado y excitación sexual. El espectador debe padecer típicas escenas de cabreo entre novios y sexo rápido despechado.
Aquí va un trailer. Lamentablemente no he conseguido la versión completa en Internet:
Dorian oculta con su cuerpo su propio retrato. Probablemente una de las mejores escenas de la película.
Las escenas sociales cínicas y rápidas del libro se vuelven lentas y aburridas, lo que se debe, en parte, a la destrucción del personaje de Henry. Y el final resulta imperdonable. La dirección del último movimiento es errónea y rompe buena parte del lirismo y sentido del libro.
¿Se salva por algo la película? En primer lugar valoro la modernización, aunque en algunos momentos no se soporta —el marinero en la discoteca—. En segundo lugar, la escena homosexual con el marinero mulato resulta muy acorde a la novela. Otro aspecto que aprecio es el hecho de que haya mantenido la escena de teatro chusco de Sibyl o la de caza, que en casi todas las otras versiones fueron eliminadas. Por último, la representación del cuadro —cuyos juegos con la luz recuerdan mucho a 1945—. Ah, y desde luego es la versión donde más carne se puede ver: femenina y masculina casi por igual.
The picture of Dorian Gray, 1976
Henry y Dorian hablan sobre Sibyl
Esta versión vuelve a demostrar que para producir algo de calidad lo principal no es la cantidad de dinero que se invierta, sino las ganas de cuidar la calidad que se tengan. Esta versión se pensó para televisión y fue realizada por la BBC.
El guión es extraordinariamente fiel al libro, aunque, evidentemente, no es un calco —en primer lugar porque la lectura del libro duraría demasiado para una película—, pero la enorme mayoría de las escenas son idénticas al libro y numerosos diálogos son citas textuales de la novela. El final de la película, en cambio, parece querer terminar con prisa. Algunas escenas completas son eliminadas, otras pierden o no se entienden las motivaciones originales.
La actuación de Peter Firth como Dorian, Jeremy Brett como Basil, John Gielgud como Henry y Nicholas Clay como Campbell sostienen la película notablemente. El aspecto de la novela que mejor trata esta versión en comparación con el resto son las relaciones homosexuales entre varios de los personajes. Como en el libro, nada se muestra, nada se dice; pero se deja muy claro ciertos deseos y pasiones. De hecho es la única película que no ha inventado una excusa para Basil sobre por qué no quiere exponer el cuadro: en esta versión dice exactamente lo mismo que en el libro.
Puedes ver la película completa aquí:
En mi opinión, es la mejor versión cinematográfica de El retrato de Dorian Gray. Esto no significa, claro, que sea perfecta. Se echa de menos el cuidado sobre ciertos detalles que sí se observaba en 1945. Los decorados, la música y el montaje padecen de un carácter demasiado televisivo, o sea, demasiado barato: por ejemplo, no hay ni una sola toma en exteriores.
Dorian Gray, 2009
Revisión de los pecados de Dorian, una de las mejores escenas.
Hay pocos aspectos del libro que no haya arruinado esta película. Desde luego lo mejor de esta versión es la elección de Ben Barnes como Dorian. La perfección de sus rasgos perdonan el detalle de que en el libro Dorian es rubio. La segunda disculpa es la elección de Colin Firth como Henry. El tono, la actuación y el cinismo le quedan extraordinariamente bien.
Por lo demás han convertido lo sutil y delicado del libro en una caricatura hollywoodiense. Las típicas escenas de películas baratas se amontonan y se ignora el discurrir original de la novela. Probablemente el mejor ejemplo de abaratamiento es la escena de la caza de la liebre, con la irónica, poética y potente escena del disparo, que se convierte en la película en un tópico tiroteo con persecución. Aquí va un trailer:
Otro ejemplo del embrutecimiento de la historia es el carácter homosexual. En la novela son apenas unas pinceladas delicadas —pero visibles—; en la película se convierte en una mamada solucionada en pocos segundos. Si la primera mitad de la película os revuelve la tripa, dejadlo, porque en la segunda mitad el espanto se eleva al cubo.
Podéis ver la película aquí:
Resumiendo, ¿cuál es la mejor versión de El retrato de Dorian Gray?
Como todo, depende:
Si no has leído el libro y quieres un buen resumen de 100 minutos: la versión de 1976.
Si ya has leído el libro, te gustó, y quieres disfrutar de una versión de calidad: la de 1945.
Si ya has leído el libro, has visto las películas y sigues teniendo hambre de Dorian, ve cualquiera de las otras dos (1970 ó 2009): sus pecados son diferentes, pero la baja calidad del conjunto es similar.
El protagonista de Luces de Bohemia, Max Estrella, está basado en en el escritor Alejandro Sawa. Nació en 1962 y murió en 1909, con sangre griega y andaluza, vivió la bohemia y la golfemia parisina y madrileña, muriendo en esta última.
Sawa actúa como un doble puente: entre la literatura francesa (Víctor Hugo, Verlain, Zola; algunos de estos conoció personalmente) y la literatura española, así como entre los autores naturalistas y los modernistas. Algunas de sus novelas son Declaración de un vencido o La mujer de todo el mundo (que podéis leerlo, en una triste versión html, aquí). Si queréis saber más, podéis ver este vídeo del canal de la UNED:
Paco Rabal de Máx Estrella y Agustín González como don Latino. La película es una de esas versiones ochenteras de clásicos españoles y en conjunto resulta una versión digna de un gran libro con actuaciones, en general, de calidad. Buena parte del guión es literal de la obra de teatro, solo que la estructura de la película comienza por el final de la obra, un recurso que podría haber funcionado pero que no me llega a convencer del todo: parece una excusa para hacer algún cambio.
Juzgad por vosotros mismos, podéis verla directamente en YouTube:
También actúan actores como Fernando Fernán Gómez (señor Ministro), Imanol Arias (anarquista catalán), Ángel de Andrés López, Guillermo Montesinos Manuel Zarzo o Miguel Rellán. La película fue dirigida por Miguel Angel Díez.
Creo que consigue acercar al espectador ciertas escenas que en la fría lectura resultan complicadas de entender.
Para Rubén Darío hubiese estado más que bien conseguir un actor si ya no nicaragüense, ¡por lo menos centro americano! Y si Collete se supone que es francesa y escribe mal en español, por favor, no pongan una actriz con acento madrileño. Personalmente siempre me había imaginado a Claudinita como una niña de 12 años y no como una muchacha casi adulta.
Si preferís descargárosla (Youtube y sus inconstancias!) podéis utilizar la web Fetch Video.
En Doce Libros nos recomendamos un libro al mes: que nos absorban, que nos cuestionen la realidad, que nos exciten, que nos recuerden siglos anteriores o inspiren otras realidades.
Es parte de la idea More Than Books.